Enfrentando un misterio centenario, implacables detectives continĂşan aun hoy en dĂa buscando la identidad del infame asesino que aterrorizĂł a las mujeres de Whitechapel en el otoño del año 1888.
A finales del siglo XIX, un viajero extranjero solo tenĂa que pasar un dĂa de turismo en Londres para sentirse estimulado por el poder emanado por Inglaterra. En Westminster, las Casas del Parlamento proclamaron con orgullo la dominaciĂłn mundial británica mientras que en el Palacio de Buckingham, la reina Victoria coronĂł la era dorada de la naciĂłn. A lo largo del Támesis hasta el mar, flanqueado por barco tras barco de mercaderes y de la Armada Real, los visitantes pudieron ver por sĂ mismos el formidable poderĂo marĂtimo del imperio más grande que el mundo habĂa conocido hasta entonces.
Pero no todo iba bien en Londres. La novela de 1899 de Joseph Conrad, Heart of Darkness, describe Londres como "uno de los lugares oscuros de la tierra". Para los asistentes al teatro y los compradores que se agolpaban en las opulentas y bien iluminadas calles del West End, esta descripciĂłn podrĂa haberles parecido fuera de lugar, pero a solo un par de kilĂłmetros hacia al este, en el vecindario de Whitechapel, las enfermedades, el alcoholismo y la pobreza devastaban las vidas de miles de almas. Era un lugar que estaba, como informĂł la DiĂłcesis de Londres, "tan inexplorado como TombuctĂş".
Tomada una década antes de los asesinatos del Destripador, esta imagen revela los rostros de las clases bajas de Whitechapel. Apareció en 'Street Life in London' (1877) del fotógrafo John Thomson y del periodista Adolphe Smith. | FOTOGRAFÍA MUSEO DE LONDRES / BRIDGEMAN / ACI |
El misterio de Jack el Destripador comenzĂł el 31 de agosto de 1888, cuando se encontrĂł el cuerpo de una mujer muerta en una calle de Whitechapel. Le habĂan cortado la garganta y le habĂan abierto el abdomen. Tres meses despuĂ©s, cuando terminĂł lo que se conociĂł como el 'Otoño del Terror', cuatro mujeres más habĂan sufrido el mismo destino espantoso.
Los asesinatos electrizaron a Inglaterra. Los londinenses de la clase rica se vieron repentinamente obligados a darse cuenta de un mundo peligroso ubicado en su hogar en medio de ellos. A medida que avanzaba la bĂşsqueda del asesino no identificado, la acomodada sociedad victoriana, desde la reina Victoria para abajo, se obsesionĂł con el caso. En la ciudad, Jack el Destripador se convirtiĂł en un sustituto de los prejuicios y temores de la sociedad londinense. Los antisemitas utilizaron al asesino para difamar a los judĂos del East End; los pobres culparon a los ricos y los ricos culparon a los pobres; el terrible destino de las cinco mujeres muertas se convirtiĂł en la leña para la hoguera de la creciente prensa sensacionalista, mientras que los activistas sociales aprovecharon el caso para clamar por alivio de la pobreza urbana.
FOTOGRAFĂŤA DE MARY EVANS / CORDON PRESS |
Las vidas de aquellos que cayeron ante Jack el Destripador fueron preservadas por sus muertes. Las mujeres pobres de Whitechapel a menudo vivĂan en las sombras, las que estaban fuera de sus cĂrculos sabĂan o se preocupaban poco por sus dificultades. Como muchas mujeres pobres de la Ă©poca, las cinco vĂctimas estaban unidas en el mismo ciclo de pobreza, violencia, abandono y adicciĂłn. Esta foto fue tomada alrededor de 1902, muestra Dorset Street, denominada "la peor calle de Londres" y cerca de la escena del asesinato de Mary Jane Kelly.
FOTOGRAFĂŤA DE LOOK AND LEARN / BRIDGEMAN / ACI |
Cuando podĂan, las pobres mujeres de Whitechapel pagaban algunos peniques por una cama en una casa de huĂ©spedes comĂşn. Sin embargo, estos inmensos dormitorios abarrotados y a menudo sucios ofrecĂan algo de seguridad y calidez. Sin embargo, el pago tenĂa que hacerse por adelantado y las mujeres solĂan recurrir a la prostituciĂłn para ganarse la tarifa y evitar dormir en la calle. Esta ilustraciĂłn muestra un refugio dirigido por el EjĂ©rcito de SalvaciĂłn en Whitechapel.
FOTOGRAFĂŤA DE ALBUM |
Las noches que fueron asesinadas, Mary Ann Nichols (31 de agosto) y Annie Chapman (8 de septiembre), habĂan ido en busca de clientes para poder pagar una cama para pasar la noche. La prostituciĂłn era una forma práctica de complementar otros tipos de trabajos irregulares y mal remunerados: Nichols trabajaba como empleada domĂ©stica. Chapman hizo trabajos de crochet y vendiĂł flores. Elizabeth Stride limpiaba habitaciones. Catherine Eddowes acababa de llegar a Londres despuĂ©s de ser recogedora lĂşpulo en Kent. La seguridad financiera eludiĂł a estas cinco mujeres y recurrir al trabajo sexual fue una forma rápida de ganar dinero para sobrevivir. La ilustraciĂłn del periĂłdico de 1888 aquĂ muestra a mujeres sin hogar temblando en Whitechapel en una noche helada.
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Varias de las vĂctimas del Destripador carecĂan del apoyo econĂłmico de un esposo y de las protecciones sociales que el matrimonio proporcionaba en ese momento. El marido de Nichols la abandonĂł porque el alcoholismo de esta. Chapman y su esposo se habĂan separado, pero Ă©l continuĂł enviándole dinero hasta que muriĂł. El marido de Stride tambiĂ©n habĂa muerto. Eddowes vivĂa con un hombre en una casa de huĂ©spedes, pero no pudo estar con Ă©l la noche en que la mataron porque no podĂa pagar la cama. Mary Jane Kelly tambiĂ©n era viuda. Foto del libro de 1877 'Street Life in London'.
FOTOGRAFĂŤA DE LOOK AND LEARN / BRIDGEMAN / ACI |
Como muchos ciudadanos de Whitechapel, las vĂctimas del Destripador habĂan encontrado consuelo en el alcohol. Nichols habĂa luchado contra el alcoholismo durante la mayor parte de su vida adulta. En las noches de sus asesinatos, los testigos informaron haber visto a Nichols, Chapman, Eddowes y Kelly ebrĂas. Eddowes incluso se habĂa desmayado por beber demasiado y pasĂł unas horas recuperándose en una estaciĂłn de policĂa. La soledad, la necesidad, la falta de vivienda y la necesidad de seguridad ya los habĂan hecho vulnerables, pero la intoxicaciĂłn habrĂa embotado sus sentidos y bajado aĂşn más sus defensas, dificultando la lucha contra el brutal asesino que acechaba las calles de Whitechapel en 1888. La policĂa identificĂł cinco asesinatos cometidos por Jack el Destripador, pero algunos expertos creen que puede haber hasta 11 asesinatos. El Ăşltimo de los cinco 'canĂłnicos'
FOTOGRAFĂŤA DE MAURICE SAVAGE / ALAMY / ACI |
Para los residentes de Whitechapel, los meses posteriores a la muerte de Mary Jane Kelly fueron afortunadamente libres de descubrimientos más espantosos, pero la pausa llegĂł a su fin el 16 de julio de 1889, cuando se encontrĂł el cuerpo de Alice McKenzie con la garganta cortada y el abdomen mutilado. El Dr. Thomas Bond, quien habĂa realizado la autopsia de Kelly, estudiĂł el cadáver y concluyĂł que McKenzie era otra vĂctima del Destripador. Aunque la policĂa no estuvo de acuerdo con la opiniĂłn de Bond, la prensa provocĂł un frenesĂ alegando que el Destripador habĂa regresado. AquĂ se muestra la tumba de Kelly en el cementerio catĂłlico romano de San Patricio en Londres.
Por encima de todo, el caso del Destripador puso al descubierto una ironĂa incĂłmoda: en el corazĂłn de una ciudad que se enorgullecĂa de difundir la "Pax Britannica" por todo el mundo, un asesino andaba suelto libremente y ninguna de las autoridades pudo detenerlo.
Cuando los asesinatos cesaron abruptamente en noviembre de 1888, el misterio se hizo más profundo y creció. Casi 140 años después, Jack el Destripador se ha convertido posiblemente en el asesino en serie más infame y mitificado.
Los asesinos
A finales del siglo XIX la vida de las mujeres de clase baja en Londres era difĂcil. Muchas de ellas trabajaban por escasos salarios como sirvientes domĂ©sticos o en talleres clandestinos. Su salario diario a menudo significaba que tendrĂan un lugar para dormir por la noche: tres o cuatro peniques comprarĂan una cama en una de las muchas casas de huĂ©spedes de Whitechapel. En su desesperaciĂłn, las mujeres podĂan recurrir a la prostituciĂłn y ciertas calles del East End de Londres se convirtieron en destinos notorios para el comercio sexual en el que todas las vĂctimas del Destripador habĂan estado trabajando en el momento de su muerte.
Cuando Jack el Destripador estaba aterrorizando a Whitechapel, otros asesinos tambiĂ©n estaban trabajando. Conocidos colectivamente como los 'Asesinatos de Whitechapel', las muertes violentas de 11 mujeres revelaron los peligros que enfrentaban estas mujeres de clase baja en ese momento. De estos asesinatos, la mayorĂa de los expertos coinciden en que Jack el Destripador fue responsable de los cinco que ocurrieron entre agosto y noviembre de 1888.
Descubierta en las primeras horas de la mañana del 31 de agosto, Mary Ann Nichols, tambiĂ©n conocida como Polly, era una madre de cinco hijos de 43 años y la primera vĂctima confirmada de Jack el Destripador. Hija de un herrero, pasĂł gran parte de su juventud en varios asilos de la capital. Abandonada por su esposo, se ganaba la vida a travĂ©s de casas de trabajo, prostituciĂłn y pequeños robos. Como muchas mujeres de su clase, su nombre podrĂa haberse perdido en el tiempo, si no hubiera sido asesinada esa noche de agosto.
Una semana despuĂ©s, Annie Chapman, una viuda y madre de 47 años, fue descubierta el 8 de septiembre poco antes de las 6 am en un patio de Hanbury Street. Sus heridas parecĂan similares a las de Nichols, pero le faltaban algunos de sus Ăłrganos internos. Al final del mes, el asesino se cobrarĂa dos vidas más en una noche: Elizabeth Stride de 45 años, y Catherine Eddowes de 46. La Ăşltima vĂctima oficial conociĂł su muerte el 9 de noviembre de 1888: El cuerpo de 25 años -La anciana Mary Jane Kelly fue descubierta brutalmente mutilada en una casa de huĂ©spedes en Miller's Court. Todas las residentes de Whitechapel, estas mujeres vivĂan en la pobreza, lo que las dejaba vulnerables al depredador que merodeaba por las calles.
La investigaciĂłn
Desde el comienzo de la investigaciĂłn Scotland Yard estaba desconcertado. Lo Ăşnico que se sabe con certeza sobre Jack el Destripador asumiendo, como hacen la mayorĂa de los teĂłricos, que actuĂł solo, es que matĂł solo a estas mujeres. SegĂşn Edmund Reid, uno de los detectives asignados para investigar el caso, estos eran los Ăşnicos hechos: las cinco mujeres eran todas prostitutas activas o retiradas de la prostituciĂłn; todas las vĂctimas eran de la clase baja; todas vivĂan a no más de doscientos metros la una de la otra; y todos los asesinatos se cometieron despuĂ©s de la hora de cierre de los pub.
A los hechos clave de Reid se puede agregar otro detalle sobresaliente: nadie escuchĂł un solo grito o pedido de ayuda, algo inusual en un vecindario tan densamente poblado. Ninguno de los cuerpos presentaba heridas de defensa, como cortes o hematomas en manos y antebrazos. El Ăşnico avistamiento sĂłlido reportado del asesino fue en la madrugada del 8 de septiembre de 1888, cuando una mujer vio a Annie Chapman, acompañada por un 'extranjero' de mediana estatura, envuelto en una capa oscura. Se cree que se conocieron poco despuĂ©s de las 5:30 am y su cuerpo fue encontrado media hora despuĂ©s. Como todas sus otras vĂctimas, no hubo signos de resistencia y nadie la escuchĂł gritar.
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"Ni siquiera durante los disturbios de 1886 he visto Londres tan emocionado como esta noche", escribiĂł un reportero sin aliento tras el asesinato de Annie Chapman el 8 de septiembre de 1888. "El demonio de Whitechapel asesinĂł a su cuarta vĂctima esta mañana y aĂşn continĂşa sin ser detectado, invisible y desconocido ". El lector atento notará que, a diferencia de la opiniĂłn consensuada del caso del Destripador, en el que Annie fue la segunda vĂctima, el escritor atribuye al asesino asesinatos anteriores en el distrito. Es una idea de la forma en que la prensa dibujĂł sus propias conclusiones confusas y el pánico avivado. AquĂ, un cartel de periĂłdico anuncia el arresto de un sospechoso, febrero de 1889.
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La dĂ©cada de 1880 fue un perĂodo de auge para la prensa sensacionalista. Publicaciones como 'Illustrated Police News', aprovecharon el caso del Destripador para alimentar el hambre del pĂşblico por crĂmenes sangrientos mientras se deleitaban con la ineficacia de la policĂa. Las tensiones Ă©tnicas tambiĂ©n se intensificaron por la prensa, que puso mucho Ă©nfasis en la "extrañeza" de la apariencia del asesino.
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'Blind-man buff', un grabado de John Tenniel, satirizĂł la incompetencia percibida de Scotland Yard en la investigaciĂłn de Jack el Destripador, se publicĂł en 'Punch', septiembre de 1888.
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Un grabado en 'Punch', "The Nemesis of Neglect", se publicĂł en septiembre de 1888. Los asesinatos del Destripador expusieron las condiciones en Whitechapel que provocaron llamados a la reforma.
El otro aspecto que todos los casos tenĂan en comĂşn era, por supuesto, el uso de un cuchillo por parte del asesino y su patrĂłn habitual de no solo matar a las mujeres sino profanar sus cadáveres. Al menos tres de sus vĂctimas fueron encontradas con Ăłrganos internos extirpados, un detalle que enloqueciĂł a la prensa sensacionalista del dĂa. Una ola de pánico se extendiĂł por todo el East End de Londres.
La fascinaciĂłn pĂşblica se disparĂł despuĂ©s del 27 de septiembre de 1888, cuando tanto la Agencia Central de Noticias como la policĂa recibieron una carta que decĂa ser del asesino. Se burlĂł de ellos por seguir pistas falsas y jurĂł en un amplio inglĂ©s londinense: "Estoy enamorado de las putas y no dejarĂ© de rasgarlas hasta que me abroche el cinturĂłn.". Tres dĂas despuĂ©s, se encontraron los cuerpos mutilados de Elizabeth Stride y Catherine Eddowes.
Muchos creen que esta carta es un engaño, pero su firma, 'Jack el Destripador', le dio al asesino desconocido su cĂ©lebre apodo. Siguieron cientos de otras cartas, la mayorĂa de las cuales fueron engaños confirmados. Algunas parecĂan genuinas, incluida una misiva de octubre, dirigida desde "el infierno", con la que se adjuntaba un riñón humano, supuestamente de una de las vĂctimas.
Tras el descubrimiento del cuerpo de Mary Jane Kelly en noviembre, el mĂ©dico Thomas Bond fue invitado a realizar una autopsia de sus restos. Su informe es una lectura que revuelve el estĂłmago incluso hoy en dĂa. En el curso de su sombrĂa tarea, Bond notĂł similitudes con las cuatro muertes anteriores. El asesino cortĂł la garganta de la vĂctima de un lado a otro y luego abriĂł la cavidad abdominal. Una teorĂa manejada por la policĂa era que el Destripador era mĂ©dico o incluso cirujano, pero Bond, que sabĂa un par de cosas sobre incisiones descartĂł esto: fiel a su apodo, el asesino no era un cortador preciso y carecĂa de “incluso los conocimientos tĂ©cnicos de carnicero o sacrificador de caballos ".
Bond tambiĂ©n intentĂł comprender la psicologĂa del asesino, un ejercicio temprano en la elaboraciĂłn de perfiles criminales. No fue suficiente que el Destripador matara, dedujo: tambiĂ©n tuvo que infligir violencia excesiva a los cuerpos despuĂ©s: "El asesino debe haber sido un hombre de gran fuerza fĂsica y de gran frialdad y osadĂa". Aun asĂ concluyĂł, "es muy probable que sea un hombre de aspecto tranquilo e inofensivo, probablemente de mediana edad y vestido de manera prolija y respetable".
Los sospechosos
La cercanĂa de Whitechapel a los muelles de Londres llevĂł a la policĂa a pensar que el asesino podrĂa haber sido un marinero de paso o quizás un estibador. En el momento de los asesinatos, la investigaciĂłn policial se centrĂł en personajes locales. Entre ellos estaban Aaron Kosminski y John 'Jack' Pizer, ambos hombres de clase trabajadora. Francis Tumblety era un curandero nacido en Estados Unidos que poseĂa una colecciĂłn de Ăłrganos humanos y segĂşn se informĂł, detestaba a las prostitutas. Montague John Druitt, que era de origen adinerado pero habĂa atravesado tiempos difĂciles, era considerado sexualmente desviado. Seweryn Klosowski era un envenenador conocido pero no, hasta donde se sabĂa, un apuñalador y mutilador. Sin relaciĂłn con esta investigaciĂłn policial, estaba la carrera de otro envenenador, Thomas Neill Cream, quien matĂł a jĂłvenes prostitutas en el distrito cercano de Lambeth dándoles bebidas con estricnina.
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Montague John Druitt era el principal sospechoso de Melville Macnaghten, quien dirigĂa el Departamento de InvestigaciĂłn Criminal (CID) de la PolicĂa Metropolitana desde 1890. Druitt naciĂł en una familia de clase media con antecedentes de enfermedad mental. Bien educado y capacitado como abogado, enseñó en un internado, pero fue dado de baja por razones desconocidas en algĂşn momento de 1888. La policĂa cree que se suicidĂł arrojándose al Támesis; su cuerpo fue encontrado el 31 de diciembre de 1888, despuĂ©s de haber estado en las aguas heladas durante aproximadamente un mes. A pesar de la idea posterior de Macnaghten de que Druitt era el Destripador, los altos funcionarios de la policĂa declararon que nada lo implicaba.
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Actualmente una de las más famosas autora de misterio Patricia Cornwell, cree que el pintor británico Walter Sickert era Jack el Destripador. Las obras del artista se centraron en la sexualidad y la violencia, temas comunes a la vida en el East End. Incluso tituló una pintura "El dormitorio de Jack el Destripador". Cornwell financió pruebas de ADN de varias cartas del 'Destripador', a pesar de que no hay pruebas de que el verdadero asesino las haya enviado. Hasta ahora, ninguna de las pruebas ha proporcionado una conexión concluyente con el ADN de Sickert.
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DespuĂ©s del asesinato de Mary Ann Nichols, la prensa informĂł sobre una figura siniestra apodada "Leather Apron" (delantal de cuero) que habĂa estado acosando a mujeres en Whitechapel. Tras la muerte de Annie Chapman, la policĂa arrestĂł a John Pizer, un zapatero judĂo, conocido por usar un delantal de las mismas caracterĂsticas en las calles. La cobertura de los crĂmenes revelĂł un fuerte sesgo antisemita que prevalecĂa en Londres en ese momento. Las coartadas de Pizer eran sĂłlidas y fue puesto en libertad sin cargos.
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En su libro de 1976, Jack the Ripper: The Final Solution, el escritor británico Stephen Knight argumentĂł que los asesinatos del Destripador fueron el resultado de una conspiraciĂłn orquestada por la familia real. SegĂşn esta teorĂa, completamente desacreditada por los expertos, el duque de Clarence (en la fotografĂa), nieto de la reina Victoria y segundo en la lĂnea al trono, habĂa engendrado un hijo con una mujer del East End. Sus amigos habĂan amenazado con exponerlo a menos que les pagara una suma considerable, por lo que la familia real ocultĂł sus indiscreciones matando a los chantajistas.
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El libro de Knight afirmaba que el mĂ©dico personal de la reina, Sir William W. Gull —quien ha sido señalado por otros Ripperologistas como el mismo Jack— era parte de la conspiraciĂłn y ayudĂł a llevar a cabo los asesinatos para proteger la monarquĂa..
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Algunos funcionarios estaban convencidos en ese momento de que el agresor era Aaron Kosminski, un barbero polaco conocido por tener problemas de salud mental. Esta teorĂa ganĂł más peso en 2014, cuando se hicieron pruebas a un chal que se creĂa pertenecĂa a Catherine Eddowes y se encontrĂł ADN mitocondrial (ADNmt) similar al de Kosminski. Los crĂticos señalaron que su subtipo de ADNmt es muy comĂşn, lo que debilita la idea de que sea una "prueba irrefutable".
Tras el asesinato de Catherine Eddowes el 30 de septiembre, la policĂa encontrĂł un mensaje garabateado con tiza encima de donde se encontrĂł su delantal manchado de sangre. Hay varias versiones registradas por la policĂa sobre lo que estaba escrito exactamente allĂ. Una de las variantes era: "Los Juwes (JudĂos) [sic] son los hombres a los que no se les culpará por nada". Se han propuesto muchas teorĂas para explicar estas palabras, pero no existe ninguna fotografĂa de ellas: la policĂa borrĂł el mensaje poco despuĂ©s de descubrirlo, para evitar disturbios antisemitas.
Los casos contra los primeros sospechosos fracasaron, ya sea por falta de pruebas o porque los sospechosos tenĂan coartadas sĂłlidas. La fuerza policial fue objeto de un creciente ataque por parte de la prensa, lo que finalmente provocĂł la dimisiĂłn del jefe de Scotland Yard, Sir Charles Warren. El nuevo investigador principal Melville Macnaghten, era popular entre el pĂşblico, pero ni siquiera Ă©l resolviĂł el crimen.
TeorĂas y nociones
Mientras la caja del Destripador permanecĂa abierta, surgiĂł una industria a su alrededor. Jack el Destripador ha sido tema de más de cien libros de no ficciĂłn, decenas de novelas, varias series de televisiĂłn y más de 20 pelĂculas. El misterio incluso ha dado lugar a toda una disciplina conocida como "Ripperology", que se especializa en una investigaciĂłn exhaustiva sobre el caso y las teorĂas detrás de los asesinatos.
Los Ripperologistas han reunido una lista variada de sospechosos que parece seguir creciendo. Desde miembros de la familia real hasta el residente más humilde de Whitechapel, la variedad de sospechosos es asombrosa: William Gladstone, primer ministro británico; un pariente de Winston Churchill y el pintor inglĂ©s Walter Sickert, aunque nunca se han presentado pruebas creĂbles para sustentar estas afirmaciones.
FOTOGRAFĂŤA DE LOOK AND LEARN / BRIDGEMAN / ACI |
El cuerpo de Mary Ann Nichols fue encontrado cerca de Woods Buildings, arriba, en las proximidades de Bucks Row en Whitechapel Road. El distrito de Whitechapel, llamado asĂ por una iglesia parroquial construida en el siglo XIII, se encuentra en el East End de Londres. Está atravesado por Whitechapel Road, parte de la antigua carretera entre Londres y Norwich. En el siglo XIX, miembros de la clase trabajadora inglesa e inmigrantes irlandeses y judĂos gravitaron hacia Whitechapel, atraĂdos por su proximidad a los muelles.
El vecindario se llenó de gente y la pobreza y el abuso del alcohol se convirtieron en problemas visibles para sus residentes. Después de 1880, otra ola de inmigrantes, muchos de Rusia y Polonia, llegó a Londres y se estableció en Whitechapel, agravando los problemas existentes y provocando el resentimiento inglés hacia los nuevos inmigrantes. En su libro de 1861 Ragged London, John Hollingshead describe los carriles de Whitechapel Road como "miles de nidos apiñados, llenos hasta rebosar de tierra, miseria y harapos"
Los niños, informĂł Hollingshead, “juegan en las calles. . . sus padres y madres andan deprimidos en sĂłtanos o buhardillas; sus abuelos se apiñan y mueren en los mismos cubos de basura miserables". Si bien la pobreza, la violencia y el crimen eran problemas urgentes para Whitechapel, no era la Ăşnica parte de Londres que experimentaba estos males sociales. Chelsea, Westminster, Lambeth y Marylebone tambiĂ©n tenĂan secciones plagadas de crĂmenes, pero eran menos conocidas por ellas. Los asesinatos de Jack el Destripador reforzaron la sĂłrdida reputaciĂłn de Whitechapel de ser un centro de vicio y villanĂa.
Otra teorĂa, que adapta la trama del cuento seminal de 1841 de Edgar Allan Poe, "Los asesinatos en la calle Morgue", postulaba que el Destripador no era un hombre sino un simio que habĂa escapado del zoolĂłgico. Quizás una de las ideas más extravagantes apunta con el dedo a Charles Dodgson, más conocido por su seudĂłnimo Lewis Carroll y autor de Alicia en el PaĂs de las Maravillas. Un libro de 1996 afirmĂł que los anagramas descifrados en sus libros revelaban los asesinatos, un argumento que desde entonces ha sido desmantelado por historiadores.
Algunos han sugerido a mĂ©dicos adinerados como sospechosos, incluido Sir William W. Gull, mĂ©dico personal de la reina Victoria. Otros señalan a Alexander Pedachenko, un agente de la policĂa secreta zarista de Rusia, que supuestamente cometiĂł los crĂmenes para manchar la reputaciĂłn de Scotland Yard. La trama se detalla en un documento posterior, ahora perdido, escrito nada menos que por Rasputin. Los sospechosos más recientes incluyen al asesino en serie estadounidense HH Holmes. Conocido por varios asesinatos espantosos durante la Feria Mundial de Chicago de 1893, tambiĂ©n se afirma que era Jack el Destripador. Lo Ăşnico que tienen en comĂşn estas diversas hipĂłtesis es esto: ninguna ha sido lo suficientemente convincente como para lograr el consenso necesario para cerrar el caso definitivamente.
Rico y pobre
La carnicerĂa de los asesinatos del Destripador resultĂł en un cambio social positivo. El desprecio por las clases bajas estaba arraigado en el pensamiento de las clases altas. En lugar de ver la prostituciĂłn como una consecuencia de la pobreza, muchos londinenses acomodados vieron las decisiones de estas mujeres como una cuestiĂłn de moralidad y no de supervivencia. Se suscribieron a la idea predominante de que muchos en la parte social inferior del montĂłn vivĂan como lo hacĂan debido a su mal carácter. En la Ă©poca de los asesinatos del Destripador, el darwinismo social —la aplicaciĂłn de la teorĂa de la selecciĂłn natural de Charles Darwin a los grupos humanos— reforzĂł esta idea.
Sin embargo, poco a poco, el consenso se fue desplazando hacia la lucha contra las raĂces de la pobreza. Fundado en Whitechapel en la dĂ©cada de 1860, el EjĂ©rcito de SalvaciĂłn ya estaba ayudando a las prostitutas e intentando alejar a la gente del alcohol que tanto habĂa arruinado las vidas de las vĂctimas del Destripador. Conmovidos por las condiciones expuestas por los asesinatos de Whitechapel, los conservadores tambiĂ©n comenzaron a pedir reformas, motivados en parte por un interĂ©s propio ilustrado: la mejora de las condiciones disminuirĂa las posibilidades de revuelta social.
Los asesinatos tambiĂ©n llevaron a los socialistas a pedir una reforma significativa. Una respuesta memorablemente ardiente al caso del Destripador fue escrita por George Bernard Shaw, quien más tarde saltĂł a la fama por su obra satĂrica Pygmalion, la base del exitoso musical My Fair Lady En septiembre de 1888, Shaw escribiĂł en el periĂłdico Star que los asesinatos de Whitechapel habĂan obligado a los ricos a admitir que maltrataban a los pobres. Con un toque sardĂłnico, Shaw opinĂł que el asesino estaba haciendo más para promover la causa de la reforma, que años de agitaciĂłn polĂtica. “PermĂtanme hacer un comentario sobre el Ă©xito del asesino de Whitechapel al llamar la atenciĂłn por un momento sobre la cuestiĂłn social. . . El Ăşnico argumento que los conmueve a ustedes damas y caballeros es el cuchillo ".
Por IGNACIO PEYRĂ“
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